El objetivo que buscamos es mantener alineada la caja torácica con la pelvis en una posición y equilibrio correcto tanto estática como dinámicamente. De esta manera evitaremos compensaciones y conseguiremos mantener equilibrio a nivel articular. La caja torácica tiende a elevarse cuando levantamos los brazos por encima de la cabeza, y echarse hacia adelante cuando estamos sentados. En cuanto a la marcha, correr, etc... en muchos casos tiende al “vaivén” es decir, balanceos alternativos en sentidos opuestos con inestabilidad. Un movimiento inestable e incontrolado de la caja torácica puede provocar compensaciones, sobreesfuerzos, desequilibrios en regiones a nivel lumbar, cadera y en general miembro superior e inferior.
Por otro lado, se provoca también una pérdida de movilidad de la columna torácica a nivel articular.
Por otro lado, se provoca también una pérdida de movilidad de la columna torácica a nivel articular.
La caja torácica no debe desplazarse hacia arriba y que la zona lumbar se arquee al llevar los brazos
hacia atrás como ocurre en la imagen 4.
¿Qué músculos se encargan de mantener estable la caja torácica?
La musculatura abdominal y en concreto nuestros músculos oblicuos son los que se encargarán de estabilizar la caja torácica principalmente, así la transferencia de cargas tanto en miembro superior como inferior se hará de una manera correcta.
Oblicuo externo Oblicuo interno |